Científicos descubren un nuevo enfoque para tratar la demencia


Científicos identificaron un nuevo detonante clave en el desarrollo de la demencia: los radicales libres provenientes de regiones específicas de las células de soporte cerebral con forma de estrella, conocidas como astrocitos.
El hallazgo estuvo liderado por investigadores de Weill Cornell Medicine en Nueva York, Estados Unidos. Este trabajo sugiere un cambio fundamental en la estrategia de tratamiento, pasando de la eliminación de proteínas tóxicas en las neuronas a la búsqueda de cómo calmar las células de soporte cerebral hiperactivas.
La investigación se centró en las mitocondrias, las diminutas estructuras presentes en los astrocitos y otras células que toman nutrientes de los alimentos y los convierten en energía química.
De acuerdo con los resultados de este ensayo, publicados en la revista científica Nature Metabolism, un tratamiento eficaz para la enfermedad neurodegenerativa podría no tratarse solo de eliminar desechos, como el exceso de proteína tau de las neuronas, sino de calmar la inflamación que permite que el daño progrese.
Aunque las mitocondrias crean la mayor parte de la energía necesaria para el funcionamiento del cuerpo, también liberan especies reactivas de oxígeno (ROS), moléculas comúnmente conocidas como radicales libres. Si bien la ROS ayuda a regular funciones celulares esenciales a niveles normales, su producción excesiva o inoportuna puede causar daño celular.
En los astrocitos enfermos, disparadores externos, como las moléculas inflamatorias o las proteínas beta amiloide vinculadas al Alzheimer, provocaron que un sitio específico en la mitocondria produjera excesivamente ROS en el momento y lugar equivocados. Se descubrió que los radicales libres nocivos emitidos por los astrocitos activaban genes conocidos por impulsar la inflamación cerebral.
El equipo de investigación probó un compuesto llamado S3QEL en ratones que modelaban demencia frontotemporal. Estos compuestos fueron diseñados específicamente para dirigirse a la vía del Complejo III (CIII) dentro de la mitocondria, con la esperanza de reducir la producción de radicales libres dañinos.
Después de administrar S3QEL a los ratones, el equipo de investigación los trató durante varios meses para buscar cambios clave. Probaron el comportamiento, el movimiento y la coordinación de los ratones para ver si sus síntomas mejoraban.
Los ratones enfermos, que previamente mostraban un rizado anormal de las patas al ser sostenidos por la cola (un reflejo que indica un control motor deficiente), redujeron este síntoma con el fármaco.
Cuando se administró el compuesto, los astrocitos se activaron menos, y las señales inflamatorias disminuyeron en todo el cerebro. Cuando los ratones fueron sacrificados humanamente, los investigadores encontraron que los ratones tratados tenían marcadores de inflamación más bajos en sus cerebros y menos microglía activada, que son las células inmunes del sistema nervioso central.
El equipo también informó una disminución de las proteínas tau vinculadas a la demencia. En las células cerebrales sanas, la proteína tau ayuda a estabilizar las estructuras internas; sin embargo, en casos de demencia, estas se desprenden y se agrupan en ovillos tóxicos dentro de las neuronas, lo que eventualmente las mata. Los ratones tratados tenían menos de estas proteínas tau tóxicas.
En una cohorte separada de ratones que no fueron sacrificados, los ratones enfermos tratados con S3QEL en su comida vivieron entre un 17 y un 20 por ciento más que aquellos que recibieron el placebo. Además, el equipo también informó que los ratones que tomaban el tratamiento experimental en su comida vivieron más tiempo que los ratones que comían alimento estándar sin S3QEL.
Sorprendentemente, estos efectos beneficiosos aparecieron incluso cuando el tratamiento comenzó después de que los síntomas de demencia ya habían comenzado.
El doctor Adam Orr, autor correspondiente, comentó que “el estudio realmente cambió nuestra forma de pensar sobre los radicales libres y abrió muchas nuevas vías de investigación”. Si bien se necesitarán años para desarrollar y probar un medicamento para uso humano, este trabajo apunta a un futuro donde la demencia podría controlarse mediante un medicamento específico que retarde su curso devastador.
Fuente: www.clarin.com



